13/06/2011, 00:58 | #1 |
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EL PODER
EL PODER corrompe a la gente.
Esa idea es una equivocación, ya era un corrupto antes de acceder AL PODER , solo que no disponía de la fuerza necesaria para hacer en su propio beneficio. El caso es que se trata de un camino que la mayor parte de las veces siguen los pardillos de clase (aquellos que se llevaban las collejas de los demás, pero no por tener gafas o por ser tímidos, si no por chivarse al profesor) Un día, por no se sabe que motivo, los compañeros lo designan delegado de clase y ese día se jodió todo, el corrupto descubre EL PODER como muleta para su minusvalía. Empieza a tratase con otros mezquinos, entre los que se encuentra aquel que tiene de todo porque su familia es adinerada. Y se hacen amigos, y descubre un vasto mundo que está justo detrás de la reja de su ajustado bolsillo. Da igual, el corrupto lo desea y ha conocido EL PODER . Sabe que solo le falta una muleta para su otra minusvalía, el bolsillo. Así que decide que debe tratarse con la gente adecuada y sus actividades deben de aproximarle a ese mundo. Va al mismo gimnasio que su amigo el rico, va a los mismos locales de copas, estudia empresariales (o derecho, que de la casta de los leguleyos también se nutre la caterva de los corruptos) y ¡Oh albricias! abraza su fe política y se afilia al partido. Se desloma estudiando, pero un poco menos que por el partido. Pega carteles, organiza agendas, hace cuadrar números que a ojos de cualquier matemático serían una burla, llama a teléfonos que en un principio le son desconocidos, pero que memoriza en la primera llamada. En la segunda llamada trata a su interlocutor como a un igual, con respeto, pero con la confianza que se tiene con alguien a quien se conoce de toda la vida. En el fondo los odia a todos, pero no porque sean despreciables (que lo son) sino porque tienen algo que él quiere, EL PODER. Acaba sus estudios con nota, se casa con su novia y encuentra un trabajo que le da para vivir bastante bien y lo desepeña con soltura, como aquel que mueve un bolígrafo entre los dedos, pero eso no es bastante, porque el sabe que todo eso es un estado intermedio, una transición hasta lo que el quiere de verdad, EL PODER. Hasta que recibe una llamada, la llamada que lo invita a ir como número tres de la lista electoral de su partido por el ayuntamiento. -Malditos bastardos, el tercero de la lista ¿Solo el tercero de una lista que no va a ganar? Pero solo lo piensa y evidentemente dice que sí. Su lista logra cuatro concejales, así que da el Do de pecho y durante cuatro años su voz denuncia tantos tejemanejes de la corporación municipal, que en el partido se le mira con otros ojos. Pero sabedores de que seguirán siendo la segunda lista, no lo mueven del escalafón. Así que vuelve a concurrir tercero de la lista de su partido, pero esta vez logran cinco concejales y el pardillo se da cuenta de la jugada. Tiene una pequeña cuña en el partido que le cuenta pequeñas confidencias. En concreto la secretaria del número uno del partido a nivel provincial. Era un cardo cuando iba al instituto, pero a ella también le gustaba EL PODER y a base de combate en el gimnasio, en la Facultad de Derecho y algunas visitas al cirujano, pagadas por su amante cincuentón, la secretaria tiene un cuerpazo. El pardillo y la secretaria se follan el uno a la otra y viceversa. Y entre salivas y sudores, se cuentan pequeñas confidencias el uno a la otra y del revés. Y sucede lo impensable, de repente logran cinco concejales y un tercer partido logra un concejal. Y así empatados los dos partidos, y con un partido bisagra, hace falta un pico de oro que convenza a el advenedizo de que la opción buena es la del pardillo. El partido recurre al pico de oro del pardillo para que logre ese escaño. Y llaman al pardillo. Esta vez el pardillo los tiene agarrados por los cojones, sabe que tiene EL PODER, así que lo ejerce: - Es muy fácil, quiero la concejalía de urbanismo Eso de que el hombre es bueno y la sociedad lo corrompe, es una idea que solo pueden albergar en la mente aquellos que en clase estaban a uvas, lo que hiciera el corrupto no les importaba. |
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13/06/2011, 10:53 | #3 | |
Usuario Bloqueado
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Al hilo de tu relato, quiero constatar que las tres grandes tentaciones para los seres humanos son tres: el sexo, el dinero y el poder; y decirte que los primeros antecedentes de corrupción los tenemos en el Génesis, en los inicios de la historia del hombre cuando la serpiente tentó a Eva ofreciéndole el poder del conocimiento.
En esa misma línea de pensamiento, estarás conmigo que el poder seduce porque engaña. Hace creer que "tú puedes", incluso asegura que "tienes el derecho" y que "no hay límites". La grandeza del ser humano está en decir yo puedo, pero no debería y me autolimito. Eso hoy en día es muy difícil, porque uno se convence de que el sistema es así. Saludos Javier |
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13/06/2011, 13:14 | #4 |
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El poder no corrompe, los corruptos tienen especial filia por el poder. En general, la gente con clase y estilo para ejercer el poder sin otener un beneficio personal de ello, son tan conscientes de su condición que rehusan el poder. Y de estos, los que llegan al poder se les conoce por una serie de detalles que a ojos del resto les colocan en otra clase de pedestal. Ahora en España no recuerdo ningún caso, perdón Adolfo Suarez dimitió ¿Alguien recuerda a Adolfo Suarez? El no se recuerda a si mismo.
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