17/11/2008, 17:18 | #7 | |
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Cita:
PD.- Odio volar!!! |
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17/11/2008, 21:26 | #8 |
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Insisto en que no se nota tanto tanto... yo la única vez que había cogido un avión fue con 8 años a Ibiza desde Valencia... vamos, un saltito. Y desde el 1 de Julio que estoy aquí en Rumanía, habré cogido unos 30 más o menos (he llegado a coger 6 en 4 días), entre ellos están Boeing 737-300, Airbus A-318 y Saab 2000 (de hélices) entre otros... Te aseguro que en más de una ocasión hemos aterrizado con viento lateral fuerte y cuando sabes de qué va, notas como toma tierra una parte del tren de aterrizaje trasero antes que otra y la gente se acojona un poco, pero es algo que los pilotos tienen controlado. En mi última visita a Valencia nos cambió el viento en el aterrizaje y no llegó a entrar en pista, cuando estaba encarando y descendiendo, tuvo que volver a subir para encarar en sentido contrario, la gente flipaba dentro del avión. Yo no soy piloto ni mucho menos, pero llevo mis horas de simulador y es algo habitual aterrizar (que es la maniobra más complicada) con viento lateral, ya que en la mayoría de aeropuertos internacionales no tienes cruce de pistas.
Ahora bien, desde dentro del avión, en la cámara del pasaje la visibilidad es reducida y parcial, solo lateral y los movimientos no son tan perceptibles como lo puede ser en la cabina con visión frontal del horizonte. Estos movimientos, aunque sí los sientes con extrañeza, son mucho menores que los que puedes llegar a sentir en zonas de turbulencias. Lo que cambia la sensación es la cercanía del suelo. En otra ocasión, hace ya un par de viajes, se ve que el piloto no conocía bien la zona y encaró (a mi juicio) con riesgos porque en la entrada a Valencia realizó varios giros no muy convincentes y a punto de entrar en pista. Es simplemente una opinión, creo que lo tienen bastante controlado, eso no significa que no sea peligroso y acojonante. El primer viaje lo pasé fatal, con turbulencias, tormentas, etc, tanto que en Bucarest cuando tenía que coger otro avión estaba completamente acojonado. Cuando despegó el avión, pensé que se me salían los sesos de la cabeza y me faltaban manos y sitios donde agarrarme. Ahora me pego unas sobadas en el avión que flipas... es lo que te decía de tumbar, además, si tiene que pasar algo, acaba pasando sin que puedas hacer nada por evitarlo. |
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