09/02/2009, 21:42 | #1 |
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Los amos del mundo
Este articulo fue escrito por Perez Reverte en el año 1998, con una anticipación pasmosa de lo que ha sucedido 10 años despues.
LOS AMOS DEL MUNDO > > Los Amos del Mundo / Arturo Pérez-Reverte > > LOS AMOS DEL MUNDO > > Arturo Pérez-Reverte > > (Artículo del escritor español Arturo Pérez-Reverte, > > publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de > > 1998, y que ahora, diez años después, parece una visión > > de Nostradamus). > > Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los > > conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la > > gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en > > la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos. > > Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo > > van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un > > índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. > > Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es > > empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos > > estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al > > revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de > > Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital > > management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos > > multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico > > salvaje, como quien comenta el partido del domingo. > > Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores > > suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón > > cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, > > y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de > > ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no > > tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, > > tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el > > dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por > > hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y > > nunca pierden ellos, cuando pierden. > > No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo > > combinaciones fastuosas de economía financiera que nada > > tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos > > de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los > > poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y > > subirse al carro. > > Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El > > riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, > > periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales > > con siglas de reconocida solvencia. > > Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el > > presidente de la unión de bancos helvéticos, y el > > capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio > > euroasiático, y la madre que los parió a todos, se > > embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un > > tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a > > forrar aún más a todos ellos y a sus representados. > > Y en cuanto sale bien la primera operación ya están > > arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, > > e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran > > todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada > > tiene que ver con la economía real, con la vida de cada > > día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas > > en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales > > comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es > > Jauja. > > Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el > > invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era > > una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. > > Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y > > esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más > > peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y > > entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran > > para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que > > especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, > > no. > > Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los > > errores de esos pijolandios que juegan con la economía > > internacional como si jugaran al Monopoly, recaen > > directamente sobre las espaldas de todos nosotros. > > Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los > > errores son colectivos, y las pérdidas hay que > > socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con > > fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis > > de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para > > salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con > > sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano > > Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los > > millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del > > mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para > > ganarse la vida. > > Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de > > la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán > > fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que > > juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. > > Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el > > panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, > > con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta > > mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza. |
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